El confinamiento total o parcial que se ha vivido durante la pandemia por Covid-19 trae consigo problemas para las personas como ansiedad y depresión.
Sin embargo, tener una mascota en casa, como sucede en una gran parte de los hogares regiomontanos, pudo ayudar a contrarrestar estas consecuencias de salud.
Los perros son las mascotas preferidas por los regios y estos peludos amigos están jugando un papel muy importante al enfrentar los últimos dos años de “encierro”.
La investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Xóchitl Angélica Ortiz Jiménez señaló algunos de los beneficios que deja tener una mascota en casa en esta difícil época.
“En los adultos el apoyo (de los animales) es más hacia lo emocional, para el manejo de la ansiedad y estrés, también a nivel físico el hecho de llevar a pasear a tú mascota hace que la persona también tenga actividad física y eso hace que vayamos mejorando poco a poco.
“En los niños, nos pueden ayudar en la parte del aprendizaje a mejorar su lenguaje y hasta en casos de déficit de atención un perro puede ayudar a que el niño tenga otra conducta”, indicó la especialista.
El desapego
La normalidad ha vuelto poco a poco, las actividades presenciales regresaron casi en su totalidad y la rutina por la pandemia ha quedado atrás, pero ahora el problema es el desapego, tanto del humano como del animal.
“Es recomendable preparar a las mascotas con rutina como agarra las llaves y salir de la casa, pero regresar de inmediato. Tomar las cosas que ocupemos para el trabajo como si ya nos fuéramos a ir y regresar a los 5 minutos.
“Para los perros, las cosas agradables son donde juega y donde comen, entonces si les dejamos un juguete, una golosina a modo de premio, ellos van a saber que cuando nos vayamos van a recibir algo bueno y el estrés será menor”, dijo la también investigadora de la UANL, Mónica González.
Puntos negativos
Si bien, vivir casi dos años en una convivencia casi total con todos los miembros de la familia, fue benéfico en algunos aspectos, en otros no resultó así.
Algunas mascotas no estaban acostumbradas a estar todo el tiempo acompañadas, ellas también necesitan su espacio y si los dueños son personas muy cariñosas, hay perros que no lo soportan o si los niños quieren jugar todo el tiempo o estar encima de los perros, ellos también pueden reaccionar.
“Se dieron cuenta que la convivencia no es fácil, algunas mascotas tuvieron trastornos conductuales como ladrar mucho, algunos llegaron a presentar señales de agresión hacia sus dueños por ser tanta la convivencia a la que no estaban acostumbrados.
“Lamentablemente este tipo de casos desencadenó en el abandono de mascotas”, dijo la doctora Xóchitl Angélica Ortiz Jiménez
Sin embargo, reconoció, que la relación humano-animal se fortaleció en términos generales, pues ahora el tiempo que pasen juntos ambos los disfrutarán aún más.