Aunque la nueva variante Ómicron del COVID-19 ha encendido las alertas a nivel mundial por su alta transmisión, cada día hay más pruebas de que dicha variante afecta la parte superior del cuerpo y provoca síntomas más leves que las cepas anteriores, resultando en bajas tasas de mortalidad.
“Estamos viendo más y más estudios que señalan que Ómicron está infectando la parte superior del cuerpo. A diferencia de las otras (variantes), que afectan a los pulmones y podrían causar una neumonía severa “, mencionó el responsable de incidentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Abdi Mahamud, el pasado martes a la agencia Reuters.
“(Esto) puede ser una buena noticia, pero realmente necesitamos más estudios para demostrarlo “, agregó.
Lo anterior explicaría el por qué las personas infectadas con Ómicron han presentado síntomas leves, comparados con los que experimentaron los pacientes que se contagiaron con las variantes Alfa, Beta, Gamma y Delta.
Desde que la nueva variante fue detectada por vez primera el pasado mes de noviembre, los datos de la OMS han mostrado que se propagó con rapidez y apareció en al menos 128 países.
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Aunque el número de casos se ha disparado a récords históricos, las tasas de hospitalización y muerte han sido más bajas que en otras fases de la pandemia.
“Lo que estamos viendo ahora es (…) un desacoplamiento entre los casos y las muertes”, afirmó.
Por otra parte, Mahamud advirtió que la alta transmisión de Ómicron puede significar que en unas semanas se volverá la variante dominante en muchos lugares, lo que representa una amenaza en países donde una gran parte de la población sigue sin vacunarse.
‘El desafío no ha sido la vacuna, sino la vacunación y llegar a esas poblaciones vulnerables’, comentó.