El dirigente de la Organización Mundial de la Salud enfatizó su llamado a una equidad global en el acceso a las vacunas.
La variante Ómicron del COVID-19 parece producir una enfermedad menos grave que la cepa Delta, pero no debe clasificarse como «leve», afirmaron el pasado jueves funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Si bien Ómicron parece ser menos severo en comparación con Delta, especialmente en los vacunados, no significa que deba clasificarse como leve».
«Al igual que las variantes anteriores, Ómicron está hospitalizando a la gente y está matando a la gente», mencionó el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus en conferencia de prensa desde Ginebra.
Recordemos que esta nueva variante fue detectada por vez primera el pasado mes de noviembre en África.
Por otro lado, Tedros repitió su llamado a una mayor equidad global en la distribución y acceso a las vacunas contra el Coronavirus.
Foto cortesíaSegún la tasa actual de lanzamiento de vacunas, 109 países no alcanzarán el objetivo de la OMS de que el 70 por ciento de la población mundial esté completamente vacunada para julio. Se considera que ese objetivo ayudará a poner fin a la fase aguda de la pandemia.
«Refuerzo tras refuerzo en un pequeño número de países no pondrá fin a una pandemia, mientras miles de millones permanezcan completamente desprotegidos», afirmó el director.
Asimismo, Bruce Aylward, asesor de la OMS, dijo que 36 países ni siquiera habían alcanzado el 10 por ciento de cobertura de vacunación.
Entre los pacientes graves en todo el mundo, el 80 por cierto no estaban vacunados, agregó.
Por su parte, la líder técnica de la OMS sobre COVID-19, Maria van Kerkhove mencionó que la variante B.1.640, documentada por primera vez en varios países en septiembre de 2021, se encuentra entre las que está siendo monitoreada por la OMS, pero no está circulando ampliamente.
(Con Información de Reuters)
