“Todo tiene sentido y una razón de ser” es la frase favorita de Ady Cabriales, una mujer que con perseverancia pudo alcanzar su sueño de toda la vida que es trabajar en televisión como presentadora de noticias, frente a miles de televidentes en su natal Monterrey.
Desde niña solía ser platicadora, y se cuestionaba todas las cosas que pasaban a su alrededor. Sus maestros la catalogaban como “una periquita” y hasta llegó a recibir castigos por eso.
Pero la imaginación de la pequeña Ady volaba muy alto, y soñaba en convertirse en una gran conductora de televisión.
“Recuerdo que veía noticias y me impactaba el porte, la personalidad y la manera de hablar de algunas conductoras. Solía ver las noticias con mi abuelita y muchas veces imaginé que iba a trabajar en esto”, contó la comunicóloga.
Al elegir una carrera universitaria Ady Cabriales apostó por la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Nuevo León, en donde estudió mercadotecnia y se volvió una verdadera “Perica” de comunicación.
Lo cierto es que ella soñaba con ser periodista, pero su familia y especialmente su papá, se preocuparon por su seguridad, pues consideraban que era una profesión peligrosa; Así que Ady optó por ser mercadóloga.
Al egresar de la Máxima Casa de Estudios, Ady se fue a Cancún a probar suerte, ahí trabajó como relacionista pública de una empresa, pero esto no le llenó por completo de felicidad.
“Luego pude entrar a un medio de comunicación que es grupo SIPSE que está en el sur del país, empecé a trabajar en el Periódico Novedades enfocada más al área de marketing. Me encargaba de hacer todos los convenios deportivos con el club Atlante, y con los tigres de Quintana Roo, y tenía mucho contacto con la televisora.
“En ese inter un comentarista de deportes me recomendó para entrar al programa porque mis hobbies eran los deportes, me fascinaba el ambiente deportivo. Entonces me invitaron al programa y ahí fue mi primera aparición en la televisión”, recordó Cabriales.
“Sentí muchos nervios porque no sabía estar parada en un set, no sabía a que cámara voltear, tenía que estar concentrada en lo que me decían en el chícharo, pero también concentrada en lo que decían mis compañeros para no perder mis comentarios, entre otras cosas”, destacó.
En esa primera aparición en la pantalla grande, la regiomontana sintió una gran emoción, y fue un momento cumbre de su vida que la acercó cada vez más a su sueño de estar en un programa noticioso.
Durante 5 años, Ady permaneció fuera de la ciudad que la vio nacer, viviendo cuatro años en Cancún y uno en Guadalajara, en donde hizo apariciones en algunos programas que le valieron para ser una conductora elocuente y simpática.
“Cuando regresé a Monterrey, llegué decidida a entrar en tele y empezar a trabajar por mi sueño que no me dejaba en paz, tenía la inquietud de concretarlo en mi ciudad. Entonces fui a un casting a Televisa y resulta que fue un casting para espectáculos para cubrir a Mónica Cruz.
“Obviamente no tenía palancas, me chuté cuatro horas de espera….. y logré entrar a un programa de espectáculos pero no sentía que era lo mío pese a que todos fueron muy amables conmigo y me ayudaron para que me saliera bien. En la cámara tiendo a ser muy seria y me costaba muchísimo trasmitir algo que no era, me costaba mucho bailar, cantar el felicidades y dar el abrazo…. así que decidí retirarme”, aseguró la mercadóloga.
Y por fin después de 10 años, Ady pudo regresar a la empresa TV Azteca en donde hizo sus prácticas profesionales cuando fue estudiante.
“Fue en marzo del 2020 cuando inició la pandemia y me mandan hablar para hacer un casting pero pasaron varios meses y en mayo pasó algo muy feo pues mi mamá murió de manera repentina, pasé ese periodo muy difícil con una situación familiar muy complicada”, dijo.
Cabriales recuerda con nostalgia, que justo un mes después de que falleció su mamá, TV Azteca la contactó para por fin concretar la prueba en la televisión.
“Yo todavía estaba en duelo, mi semblante no reflejaba paz, estaba muy dolida y sin comentarle a nadie yo fui al canal a hacer el casting pero con positivismo al mismo tiempo”, contó.
Con el corazón roto y sintiendo el apoyo de su mamá desde el cielo, Ady logró impresionar a los jefes de TV Azteca, y ser titular en un noticiero que se transmitía de 5 a 6 de la mañana, y luego convertirse en co-titular en el noticiero del medio día con el periodista Luis Padua.
La gloria de Cabriales tardó 17 años en llegar, desde los primeros años de su carrera universitaria hasta el inicio de la pandemia, pero finalmente llegó. Llegó en el momento precisó, después de anhelarlo y prepararse tanto.
En televisión, Ady se ve radiante, elocuente y su objetivo es inspirar confianza al televidente. Su familia la apoya gustosa en su naciente carrera en Monterrey, en especial su esposo y sus dos hijas, quienes la ven con orgullo, y aseguran que su mamá irradia belleza en cada programa.
El sueño de Ady no termina aquí, apenas comienza, su meta es volver a ser titular de un programa noticioso y entrevistar a personalidades importantes de la política que han marcado la historia del país. También sueña con volver a la radio tras una breve aparición en el noticiero de MVS Noticias por la estación FM Globo 88.1 FM, cuya experiencia le dejó además de buenos amigos, ganas de volver a ser locutora.