Este 8 de octubre se celebra el Día Internacional de la Dislexia. Esta efeméride tiene como objetivo visibilizar una dificultad en el aprendizaje que consiste en un trastorno específico de la lectura, que afecta la oralidad, la capacidad para la comprensión lectora, el reconocimiento de palabras escritas y la elaboración de tareas escritas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 10 por ciento de la población mundial padece dislexia.
Este día el mundo se pinta de turquesa en apoyo a las personas con dislexia. De acuerdo a la organización Disfam México, que apoya a las personas con dislexia, desde hace cuatro años se eligió el color turquesa para representar al Día Internacional de la Dislexia como un distintivo de su lucha y objetivo a través de todo el mundo.
«Los colores transmiten emociones a todos, por lo tanto niños, adolescentes, adultos y familias enteras, votaron desde hace 4 años para que este color…..por lo que les transmite y por lo que representa. Uniendo equilibrio, serenidad y creatividad», publicó Disfam México en Facebook.
El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cual el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura.
De acuerdo a la organización mexicana, el niño disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas.
“Los padres y profesores procesamos esta conducta como desinterés y presionamos para conseguir mayor esfuerzo, sin comprender que estos niños, realizando estas tareas, se sienten como si de repente, cualquiera de nosotros, nos viéramos inmersos en una clase de escritura china”, escribieron.