Iván Duque condecora al Presidente Gustavo Petro antes de asumir la Presidencia, quien mira a los ojos a su Vicepresidenta Francia Márquez después de tomarle juramento.
Este domingo, Gustavo Petro asumió como el primer Presidente de izquierda en la historia de Colombia, en una ceremonia en la capital, Bogotá. Y ya como mandatario le tomó juramento a la activista afrocolombiana, Francia Márquez, como vicepresidenta.
María José Pizarro, hija del ex líder guerrillero de la M-19 a la que perteneció Petro y candidato presidencial asesinado Carlos Pizarro, le colocó la banda presidencial al nuevo Mandatario mientras los espectadores gritaban ‘sí se pudo’ y el Ejército tiraba salvas de celebración.
Entre los invitados internacionales, a la ceremonia asistieron los expresidentes colombianos Juan Manuel Santos, Ernesto Samper y César Gaviria, de tendencia liberal. Los conservadores Álvaro Uribe y Andrés Pastrana declinaron la invitación.
Petro, un ex guerrillero y economista que comandará a las Fuerzas Armadas que por décadas han combatido a los grupos ilegales, tiene como retos inmediatos la creciente violencia que ha cobrado la vida de más de 560 defensores de derechos humanos desde 2016, la inflación más alta de las últimas dos décadas y la búsqueda de consensos en un país dividido.
En su mensaje al asumir la presidencia Petro les prometió una nación con menos desigualdad, que garantizará los derechos de todos sus ciudadanos, especialmente de los más vulnerables, y que dará prioridad al medio ambiente.
La Plaza de Bolívar donde se realizó la ceremonia de investidura estuvo dividida en dos: en la primera parte se ubicaron representantes de varios países – entre ellos el Rey Felipe VI de España y los presidentes de Chile, Paraguay, Ecuador y Costa Rica – y en la segunda los ciudadanos.
La diversidad cultural de Colombia estuvo reflejada en la ceremonia de posesión y en la antesala, en la que decenas de artistas interpretaron ritmos nacionales en los parques del centro de la ciudad.
Organizaciones feministas, de izquierda, indígenas y sociales de todo el país atendieron el llamado de acompañar la asunción.
Entre gritos de ‘¡Sí se pudo… libertad, libertad!’, de algunos de los presentes, frente al Palacio de Justicia, donde confluyen las cortes, un grupo de jóvenes decían representar la ‘resistencia’ de Cali, al suroeste, que se consolidó como el epicentro de las protestas masivas de 2021 contra las políticas del saliente Presidente Iván Duque.
Una de sus principales promesas de campaña fue el lograr una ‘paz total’ que implica el sometimiento a la justicia de las bandas criminales que se alimentan del y la reanudación de las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa en el país.