Este domingo acude el Presidente de Estados Unidos junto a su esposa Jill para mostrar su respeto a las 21 familias enlutecidas por la masacre.
Tras la masacre perpetrada contra 21 personas en su mayoría niños en una primaria de Uvalde, Texas; el presidente Joe Biden acudió con su esposa Jill este domingo.
Luego de que Salvador Ramos de 18 años disparara contra maestras y alumnos de la primaria Robb Elementary; el mandatario estadounidense instó a actuar para prevenir futuras masacres en un país donde los esfuerzos para endurecer las regulaciones de armas de fuego han fracasado repetidamente.
‘No se puede hacer que los dramas sean ilegales, lo sé. Pero se puede hacer que Estados Unidos sea más seguro’, expresó Joe Biden en un discurso ayer.
‘Hago un llamado a todos los estadounidenses en este momento para que se unan y hagan oír sus voces y trabajen juntos para hacer de esta nación lo que puede y debe ser’, dijo el presidente.
Aunque la policía admitió haber tomado una ‘decisión errónea’ al demorar su ingreso al centro educativo tras ser alertada del tiroteo. El perpetrador Salvador Ramos fue abatido por los elementos de seguridad.
Los sobrevivientes del ataque dijeron haber realizado llamadas susurradas y suplicantes al 911, mientras algunos menores se fingieron su muerte para no ser abatidos. Samuel Salinas contó que se tiró al piso para simular su muerte, lo mismo hizo Miah Cerrillo, de 11 años, quien se cubrió con la sangre de su mejor amiga.
El memorial improvisado con 21 cruces de madera blancas instaladas en la plaza con el nombre de 19 niños y dos maestras muertas. Donde han dejado flores y peluches que se unen a los numerosos mensajes de cariño escritos en las cruces.
La vicepresidenta Kamala Harris, quien a mediados de mayo estuvo en el funeral de una de las diez víctimas negras asesinadas en un tiroteo racista en Buffalo, Nueva York, dijo que ‘no permitiremos que aquellos que están motivados por el odio nos separen o nos asusten’.
Con información de Agencias